lunes, 23 de febrero de 2009

Evangelio, según San Juan

Para la lectura que recomiendo de la obra de San Juan Evangelista, es necesario despojarse de ciertos prejuicios que le vinculan invariablemente a la Religión. Sólo pretendo que se lean sus dos grandes obras, Evangelio y Apocalipsis, de un módo hedónico, lejos de teorías o significados que fueron luego añadidos a posteriori. Recomiendo estas lecturas como quien lee a uno de los más grandes poetas místicos de la humanidad.
Su obra está llena de símbolos que, como tales, tienen infinidad de matices, y pueden ser interpretado de cientos (si no miles o infinitas) formas distintas. En cualquier caso, estos escritos son indispensables y sirven también como acercamiento o primera toma de contacto a uno de los libros más interantes de la historia, La Biblia.

[Fragmento del Evangelio]
[1] En el principio era la Palabra, y la Palabra estaba ante Dios, y la Palabra era Dios. [2] Ella estaba ante Dios en el principio. [3] Por Ella se hizo todo, y nada llegó a ser sin Ella. Lo que fue hecho [4] tenía vida en ella, y para los hombres la vida era luz. [...] Al creer en su Nombre [13] han nacido, no de sangre alguna ni por ley de la carne, ni por voluntad de hombre, sino que han nacido de Dios. [14] Y la Palabra se hizo carne,

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