
Reinventó el haikü, forma poética tradicional que consiste en capturar un instante en un breve aforismo. Aunque el haikü estuvo siempre latente en la poesía japonesa, cobrando un importante auge en La novela de Genji (posiblemente la obra más perfecta de literatura de Japón), fue con Basho que ésta métrica pasó a ser piedra angular de la poesía posterior.
Su libro Sendas de Oku (o Senda hacia tierras hondas) es un apasionante cuaderno de viaje narrado a modo de poemas breves. La traducción más conocida, también la más recomendada, es la del poeta mexicano Octavio Paz, que en colaboración con Eikichi Hayashiya, ofrece no sólo un acercamiento al rico mundo interior del poeta, sino también una aproximación a la propia mente del autor, indagando en que querría transmitir en estos pequeños pero exquisitos versos. Su haiküs más célebre dice:

kawazu tomikobu
mizu no oto
(Un viejo estanque silencioso
de pronto salta una rana
!Zas! Chapoteos)
Ha sido interpretado de muchas formas. Personalmente, me inclino por la teoría que afirma lo siguiente: En el primer verso se muestra el estanque (la eternidad), en el segundo la rana (ser efímero y mortal, como el hombre) y concluye con chapoteo que esta produce en el estanque (el eco de una vida en el tiempo).
Hola, llego aquí desde el blog del ratu. Parece interesante este tipo de poesía. Aparecen referencias a ellos en los libros de Murakami, ¿no?
ResponderEliminarA ver si me pillo "Sendas de Oku" que tiene buena pinta. Saludote...